Por: El Senador Felix Bautista
Solo en el diccionario el éxito esta primero que el trabajo. En la práctica es imposible alcanzar el éxito, sin un trabajo intenso y planificado. El ejercicio de la política es un trabajo riguroso, comprometido, arduo y muchas veces incomprendido.
El Primer Ministro italiano, Silvio Berlusconi, comentó en una ocasión: “Mi vida ha cambiado. Su calidad se ha vuelto terrible. Este es un trabajo brutal.” Harry S. Truman, Presidente de los Estados Unidos de 1945 a 1953, refiriéndose a lo difícil que es la política y el ejerció del poder expresó: “Mi familia y yo seríamos felices fuera de esta gran jaula blanca, conocida como la Casa Blanca.” El ejercicio de la política es absorbente y sacrificado.
En política las tareas siempre están inconclusas, nunca se está satisfecho con los logros alcanzados y nos enfrentamos cada día a un conjunto de responsabilidades continuas. No siempre se reconoce el esfuerzo y trabajo realizado, por el contrario, el mas sacrificado, el que ha obtenido mayores logros muchas veces es castigado por el éxito alcanzado.
Roberto Izurieta Cánova, especialista en administración pública, comenta que: “los políticos han creado un mundo para ellos mismos, con su propio lenguaje, sus propios temas, sus propios debates y sus propias confrontaciones.”
En una campaña, lo mas importante para un político es comunicarse con el votante, persuadirlo y lograr que vote por su oferta electoral. Los indecisos, que no se interesan por la política pero que deciden procesos electorales, hay que atraerlos con emociones, drama y mensajes entretenidos e innovadores.
Las campañas negativas, forman parte de la estrategia general y ha sido una práctica utilizada desde los inicios de la democracia, si no se manejan correctamente pueden variar la intención del voto. El libro “Las campañas presidenciales” es un recuento histórico de las campañas electorales negativas en Estados Unidos, una de las naciones de mayor tradición democrática del mundo.
Un buen político debe concentrarse en comunicar mensajes positivos, que lo diferencien de su opositor. La capacidad de escuchar, la sencillez, la humildad y la solidaridad son esenciales para alcanzar el éxito político.
Tres cualidades de un buen político: humildad, prudencia y tolerancia. La humildad es ausencia de soberbia, es no creerse más importante que los demás.
Para Immanuel Kant, filósofo alemán y uno de los pensadores más influyentes de la Europa moderna, la humildad es la virtud central de la vida.
Mahatma Gandhi, abogado y pensador político indio, sugiere que la verdad sin humildad es corrupta y deviene en caricatura arrogante de la verdad. “Una persona sabia actúa sin proclamar sus resultados, archiva sus méritos y no se queda arrogantemente en ellos, no desea demostrar su superioridad ante los demás”.
La prudencia es actuar con cautela, es comunicarse con los demás con un lenguaje adecuado. Es actuar respetando los sentimientos, la vida y las libertades de los demás. Ser tolerante es aceptar la diversidad. Es la capacidad de escuchar y aceptar las distintas formas de ver la vida. Ser humilde, prudente y tolerante son virtudes clave para un político exitoso. El que no asume estos valores como filosofía de vida estará condenado al fracaso y al rechazo de los electores.
Los políticos viven en emergencias, tensiones y competitividad con sus propios compañeros y sus adversarios. Estas emergencias y tensiones consumen una gran cantidad de energía y agotan la creatividad y motivación. El éxito siempre estará del lado de aquellos que concentran sus esfuerzos en trabajar en beneficio de la colectividad que representan. Solo hay que ver lo negativo para corregir y avanzar.
Un político que se concentra en los detalles y pensamientos negativos, pierde la perspectiva de la realidad, destruye su paz interior, afecta su organismo, se siente inseguro y vive en permanente agitación. En cambio, si se concentra en lo positivo será una persona mas amable y bondadosa, alcanzando éxitos políticos.
El escritor Richard Carlson nos plantea: “Cuando tienes lo que quieres (paz interior), te ves menos distraído por tus necesidades, deseos y preocupaciones. Y por tanto, te resulta más fácil centrarte en tus objetivos, conseguir lo que quieres y tener algo que ofrecer a los demás”.
A veces creemos que un genio puede ser un buen político, esto debe acompañarse de esfuerzo y dedicación. Los grandes genio de la humanidad, responsables de las transformaciones científicas y tecnológicas, eran poseedores de un 1% de ingenio y 99% de esfuerzo.
La virtud de saber escuchar es fundamental para un político. A veces creemos tener la razón y en lugar de escuchar con atención nos concentramos en elaborar la repuesta que daremos a nuestro interlocutor. En este proceso, se resiente la comunicación nos estresamos y al final no hay compresión, no hay diálogo. Un buen político debe desarrollar la capacidad de escuchar. Los electores se sentirán oídos y comprendidos y se establece una relación amable y afectuosa. Para Carlson, “escuchar de manera efectiva implica algo mas que el simple acto de evitar el habito de interrumpir a los demás. Implica sentirse complacido con escuchar la totalidad del pensamiento de alguien, en lugar de aguardar impacientemente una oportunidad para responder.” Un político que escucha se convierte en una persona paciente y mejora la calidad de sus relaciones humanas. Naturalmente, el que un político escuche y sea paciente no implica dejar de plantear sus posiciones.
En la política como en la vida, cada quien enfoca y analiza un mismo tema de manera diferente. Nada es perfecto y tenemos que aprender a respetar las opiniones de los demás. Es la mejor manera de asumir que existen realidades distintas. El político si no aprende a escuchar, por lo menos debe ser un oyente correcto.
Ser paciente es una cualidad que debe asumir todo político. Si no eres paciente, practícalo y serás una persona mas placida, serena, tolerante y compresiva. ¿Quieres ser paciente?, cada día toma diez minutos y no te molestes por nada, te darás cuenta que en la medida que aumente el tiempo de este ejercicio, lucirás mas relajado y tu entorno disfrutará más de tu compañía.
Los políticos deben entender que la vida no es una emergencia. Es una prueba.
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