26 de octubre de 2011

Criticar y destruir es más fácil que enaltecer y construir

La crítica destructiva siempre actúa como un “boomerang” en contra de quien la hace, desde el mismo momento que la produce.


Recientemente han surgido algunos sectores ajenos a la realidad, que procuran validar acciones y expresiones con la finalidad de embadurnar la imagen del presidente de la cámara de diputados de la República Dominicana y por ende a un ser humano que como Abel Martínez no entra en componendas con sectores insensatos y oscuros.

La dignidad de Abel Martínez no permite que pueda hacerse el gracioso ante los oportunistas y trabaja sin descansar a favor del país.

Gracias a la honorable Cámara de Diputados y el esfuerzo de su presidente, los dominicanos tenemos $20,000 millones adicionales a favor de la educación.

La crítica destructiva, casi siempre a espaldas del afectado, no aporta nada positivo a quien la produce ni a quien van dirigidas, porque su esencia es la de dañar, independiente de cuales fueren las consecuencias o entidad para el afectado o el grupo social en general.

Lamentamos mucho que en nuestro país existan personas cuyo papel fundamental es el de querer restar merito o importancia a quienes triunfan, al tiempo que sirven para "utilizar" grupos o movimientos de jóvenes con la finalidad de orquestar altravez de ellos su plan macabro.

Estos difamadores ocultos son parte inherente de la naturaleza humana. Le gusta criticar el trabajo de los demás. Criticar es fácil, hacer no.


 
Hoy en día, esto es posible debido a la gran exposición que tenemos en los medios, estamos expuestos a numerosas críticas de personas amparadas por el anonimato que le brinda el Internet.

Para nadie es un secreto y los hechos están a la vista de todos, Abel Martínez Duran un arquitecto democrático con visión de futuro y que siempre da la cara.

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