La Asociación Dominicana de Productores de Leche (APROLECHE) advirtió que, al ritmo que avanza la crisis que la afecta, podría desaparecer en el transcurso de los próximos 10 años.
Señaló que mientras se disparan en forma galopante los precios de los insumos, los industriales del ramo muestran resistencia a participar en una revisión del precio del alimento.
APROLECHE y sus distintas federaciones regionales afiliadas a nivel nacional, aseguran que, frente a esta situación, el Consejo Nacional para la Reglamentación y Fomento a la Producción Lechera (Conaleche) debe aplicar vía administrativa los precios que deben regir para la leche nacional, basados en los costos de producción establecidos por esa entidad oficial, de acuerdo a la Ley 180-01.
En un comunicado urgente dirigido a la conciencia pública, esas entidades advierten que “está en virtual trance de muerte” ese sector productivo, conformado por alrededor de 58 mil pequeños, medianos y grandes productores de leche en todo el país, y del que viven de la actividad más de 300 mil personas.
El documento, suscrito por Eric Rivero, presidente de APROLECHE, y los presidentes de las federaciones regionales de ganaderos del Sur, Este, Norte, Noroeste, Nordeste, Cibao Central, y Costa Norte, precisa que “la causa fundamental de esta grave situación es fácil de comprender: mientras en otros países las importaciones de leche se hacen para complementar los déficits de la producción nacional, en nuestro país resulta todo lo contrario”.
Al respecto, expresa que las industrias procesadoras locales sólo compran una parte mínima de leche fresca de producción nacional, para complementar una producción destinada al mercado basada en la importación de inmensos volúmenes de leche en polvo.
“Y, por si fuera poco, las empresas procesadoras, aglutinadas en la Asociación Dominicana de Industrias Lácteas (ADIL), manejan a su antojo y beneficio exclusivo los precios de la leche que adquieren para sus plantas, siempre en desmedro del justo derecho de los productores a obtener por su producto precios consecuentes con los costos de producción”, se lee en el comunicado.
Los productores de leche entienden que la posición de la ADIL representa un peligroso reto a la institucionalidad del CONALECHE, “con evidente irrespeto a la inteligencia que concurre a ese organismo en búsqueda permanente de consenso. De hecho, la actitud de los procesadores industriales equivale a un virtual sabotaje al funcionamiento de ese organismo”.
Dada esa situación, consideramos necesario que el Gobierno se aboque a tomar decisiones de efectividad permanente, que deben garantizar el equilibrio de los factores productivos, bajo la convicción, expresada por la misma CONALECHE, de que “no puede haber una industria lechera de derivados, si no existe producción, como tampoco desarrollo productivo sin desarrollo industrial, ambos relacionados con el consumidor final a través del comercio”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario